domingo, 25 de marzo de 2012

Tres meses.

Me pregunto porque me aferre a el de esa manera tan absurda. Fueron pocos los momentos que vivimos, el tiempo nos arrebato muchos sueños de esos, pero las oportunidades fueron escasas. Nos conocimos en mal momento, quizás asi debían ser las cosas. Todo paso tan rápido, todo fue tan perfecto, que a mi parecer, cada vez que lo recuerdo me da la pequeña impresión de que nada fue real y de que todo fue producto de una clase de droga alucinógena introducida en mi bebida aquella noche en el bar donde nos conocimos.

Sin embargo, como es posible que tan pocos recuerdos a su lado me hayan llenado el vació que la distancia me produjo durante tantos meses sin verlo. Los revivía día y noche, en mis momentos de soledad y melancolía, cuando las hojas secas cantaban en el suelo de los bosques sin arboles y la nostalgia me hacia extrañarlo mas de la cuenta. Anhelaba volver a verlo, era mi mas profundo y secreto deseo. Tenerlo una vez mas entre mis brazos y susurrarle al oído cuanta falta me había hecho.

Sin darme cuenta, había planeado con cautela hasta el mas mínimo detalle de aquel día donde volviera a tenerlo frente a mi. Aunque, no sabia si correr para fundirme a el en un abrazo, o simplemente caerle de sorpresa y saltarle encima y comérmelo a besos. Ese era el único dilema en mi pequeña historia imaginativa del rencuentro perfecto.

Pasaron los meses, y no pasaron en vano. Habían semanas largas donde no sabia absolutamente nada de el, claro que siempre buscaba la excusa perfecta para escribirle, pero eso no llenaba mis expectativas, seguia sintiéndome en el olvido.

Finalmente llego aquel día que tanto había estado esperando, hice mis valijas, me prepare la ultima taza de chocolate caliente, y me aventure nuevamente en el agotador viaje de 10 horas. No podía esperar para verlo otra vez, me comían las ancias, no pude dormir ni un solo minuto en el avión, reproducía la canción que el me había dedicado una y otra y otra vez sin parar. Tenia dibujada la sonrisa mas inevitable y sincera de toda mi vida. ¡Al fin voy a verlo otra vez! Parecía mentira que ya habían pasado 3 meses desde la ultima vez que volví a ver su perfecta sonrisa y a escuchar su melodiosa voz. 



Desafortunadamente al llegar, nada sucedió como lo había planificado. No hubieron abrazos, ni besos, fueron pocas las palabras que cruzamos y su mirada no era la misma. Lo vi alejarse, sin siquiera un ''Te extrañe'' de su parte. Es como si se hubiera sacudido todos los sentimientos.

Hoy ha pasado mas de un año desde aquel entonces, y el sentimiento sigue vivo... Resignado, pero vivo.... En la espera de cualquier migaja de amor.